Evitar el resfriado de los hijos es un objetivo que, en determinadas edades, épocas y circunstancias, es una misión casi imposible. Entre otras cosas porque ya sabemos que la palabra “guardería” es sinónimo, antes o después, de fiebre, mocos, tos y dolor de garganta, entre otros síntomas. Y no sólo en las guarderías, sino también en los colegios, sobre todo cuando los niños aún son pequeños.
Pero, aunque evitar el resfriado de los hijos no es algo que podamos controlar, sí podemos reducir las posibilidades de que pillen gripes y catarros aplicando estos consejos…
1. Evitar los cambios bruscos de temperatura
No por poner la calefacción fuerte en invierno vamos a lograr que nuestros hijos no se resfríen. De hecho, es muy probable que consigamos el efecto contrario al que deseamos. Los cambios bruscos de temperatura siempre son perjudiciales, así que lo recomendable es graduar la calefacción de forma que no acusen (no acusemos) el cambio de temperatura del exterior al interior y viceversa.

2. No excedernos al abrigar a los niños
Un error frecuente que solemos cometer es el de abrigar en exceso a los niños pensando que así los protegemos mejor. Si los niños van a jugar y están demasiado abrigados, romperán a sudar más (y más pronto) de lo normal y será más fácil que terminen poniéndose malos. Es preferible vestirlos con varias capas en los meses con temperaturas bajas y quitarles el abrigo cuando entren en un lugar cerrado.

3. Tener un lavamanos “a mano”
Llevarse las manos a la boca, la nariz y los ojos es una costumbre habitual en los niños, con el consiguiente riesgo de contagio de virus. Y ya sabemos que, por mucho que les digamos que no lo hagan, lo siguen haciendo sin darse cuenta. Lavarse las manos con frecuencia puede reducir ese riesgo, igual que utilizar un lavamanos cuando estemos fuera de casa.

4. Ventilar la casa
Si tienes el hábito de ventilar cada día las habitaciones de la casa, perfecto. No lo pierdas. Y si no, hazlo desde ya porque así respirareis un aire más limpio y reduciréis las probabilidades de contraer virus y contagiarlo a los demás.

5. Beber suficiente agua y zumos
No sólo debemos cuidar que nuestros hijos beban agua y zumos cuando están malos, sino también cuando están completamente sanos para que esa misión casi imposible de que no se resfríen en todo el año lo sea un poco menos…
