Mantener en perfecto estado los utensilios del bebé es algo imprescindible si no queremos que el pequeño se resienta del estómago. A veces no se es consciente de que malos hábitos de higiene, aunque se tengan más por desconocimiento que por intención, pueden acarrear algún quebradero de cabeza y problema de salud del niño. Hay que tener en cuenta que los recién nacidos son muy delicados y su sistema digestivo aún no está lo suficientemente desarrollado, por lo que determinadas bacterias o microorganismos llegan a causar daños de dimensión ‘considerable’ si no se llevan a cabo ciertas pautas a la hora de limpiar los utensilios del bebé.
En este post queremos darte cinco sencillos consejos para limpiar los utensilios de tu bebé. Al referirnos a utensilios hacemos alusión a biberones y tetinas, a las tazas de adaptación cuando queremos que aprendan a beber de su vasito, a los chupetes, cucharas y platos, entre otros objetos que se usan para ellos.
1. Limpiarse las manos antes de empezar
Consejos obvios que no todo el mundo tiene en cuenta, ¡eso seguro! ¿Cómo ponerse a limpiar el biberón o la tetina del pequeñajo si antes hemos estado recogiendo la casa o sacando a pasear al perro? Fundamental empezar lavándose bien las manos, frotando bajo el grifo con una loción específica y enjugándote para eliminar cualquier resto de espuma o del producto que hayas usado.

2. Biberones o recipientes con diferentes piezas, desmontarlo uno a uno
Hay biberones que se componen solo de la parte para el líquido, por así decirlo, y de la tetina y el soporte en el que esta va. Sin embargo, hay algunos que son más complejos. Suele ocurrir con los biberones destinados a compatibilizar con la lactancia materna pero no son los únicos, que conste… Sea como fuere, atento al objeto que necesites dejar reluciente, desmonta pieza a pieza y lávalas una a una para, una vez estén secas, pasar a montarlas nuevamente.

3. Agua caliente y jabón, no hay más
En el mercado se encuentran productos específicamente formados para tratar los artículos con los que se alimenta al retoño pero no hay mucho misterio. Con agua templada o caliente, según tu resistencia, y jabón neutro. Acláralo todo bien, uno por uno, para que no quede resto de bacterias ni microorganismo alguno.

4. Secado al aire libre y por separado
Nada de darles con un paño, que al final se va humedeciendo y es pasto de bacterias y otros organismos minúsculos. Déjalos secar en una zona especialmente destinada a ello… ¿Sabías que hay escurre biberones? Es un artículo que uno puede pensar que es realmente innecesario pero si lo tienes en casa –por experiencia propia lo digo–, úsalo, te sacará de más de un apuro y descubrirás cuán útil puede ser.

5. ¿Se cae el chupete? Al agua… ¡o a la boca!
Lo ideal es limpiar un chupete bajo el agua, está claro. Si se cae en casa o en la calle y tenemos acceso pronto y rápido a agua –igual llevas una botella y puedes mojarlo para que el bebé lo use nuevamente–, no hay otra solución mejor. Sin embargo, si no es posible que lo limpies estando por ahí, la revista ‘Pediatrics’, una prestigiosa publicación científica, apunta que es mejor que los papás se lleven el chupete a la boca y ya podrían volver a dárselo al niño. Los autores de la investigación en cuestión comentan que el posible traspaso de los microbios de la boca de los progenitores a los bebés facilitan que el sistema digestivo y la inmunidad de los lactantes se vea reforzada. Increíble, ¿verdad? Pues nada, a tenerlo en cuenta que todos los días se aprende algo nuevo.

Esperamos que estos consejos sobre cómo limpiar los utensilios del bebé te sean de utilidad. Es importante mantener todos los artículos que están a su alcance en buen estado y en condiciones higiénicas y de salubridad.