Más jóvenes, más mayores, en pareja o con amigos… Los viajes en crucero ofrecen posibilidades para todos los públicos y un sinfín de anécdotas que podrás contar a la vuelta. Aunque cada uno tendrá sus propias situaciones divertidas, estas son algunas de las típicas que suelen suceder:
1. Que bote el capitán
Es uno de los clásicos de todo crucero. Se repite en todos y da lugar a uno de los momentos que seguro que veremos en vuestro Instagram, Facebook, y demás redes sociales. El crucero llega a su fin y el capitán aparece por sorpresa para dedicar unas palabras a los pasajeros. Y brindar, claro. Es decir, una excusa perfecta para tomarse un copita más.

2. A propósito de bebidas
Bien es cierto que no miremos al capitán con malos ojos porque nosotros seremos los primeros que correteamos de un lado para otro por el barco buscando diversión en las diferentes barras que forman parte del Todo Incluido. ¡Que nada te frene! ¡La noche es joven! Eso sí, llegará un momento que ya no sabrás que pedir para seguir innovando mezclando bebidas.

3. ¡Son unos artistas!
Si eres novato en lo de los cruceros uno de los momentos que más te gustarán será el de volver por la tarde, una vez que han arreglado tu habitación, y sorprenderte con las figuras originales y complejas que han creado para ti el personal de limpieza del barco. Colgadas en las vigas del techo, sobre la cama, en el baño… ¡cuántas posibilidades que ni se te habían pasado por la imaginación!.

4. ¡Bingo!
Es uno de los momentos más bonitos, entrañables y divertidos de las noches de crucero. Muchas de las navieras cuentan con complejos casinos que te transportan a Las Vegas pero, donde realmente te lo pasarán bien es en aquellos que sacan el bombo con números y cantan en voz alta mientras los compañeros de crucero gritan aquello de ¡línea! ¡bingo!

5. ¡Desmelenarse!
Llega un momento en todo crucero en el que los azafatos pierden las formas de manera divertida y se convierten en auténticos showman sobre el escenario en las actuaciones nocturnas. Bien es cierto que a la mañana siguiente perderán la credibilidad cuanto te guíen por el barco.

6. ¿Dónde está la gente?
Si de golpe ves que te has quedado solo con tus amigos es, quizá, porque todos los pasajeros se están dando codazos en la superficie para sacar fotos del destino donde atracaréis en unos minutos. Todos somos muy majos hasta que alguien se nos pone delante posando y ahí sacamos nuestro verdadero carácter.

7. ¡Corre!
Las carreras son uno de los momentos más repetidos cuando contratas un crucero pero no precisamente en el barco sino en tierra firme. ¿A qué nos referimos? En el tiempo reservado para las excursiones siempre existe un horario para volver al barco. Y no son pocos los que se entretienen con las compras de souvenirs y se ven obligados a andar a las carreras para no perder la embarcación y continuar la ruta.
