7 errores frecuentes al limpiar con lejía (iStock)

7 errores frecuentes al limpiar con lejía

Cuando se trata de acabar con bacterias y gérmenes, la lejía es nuestro mejor aliado. Sin embargo, si no la usas correctamente, también puede convertirse en un auténtico problema en las tareas de limpieza del hogar. Antes de coger la botella de lejía y empezar a limpiar, ¡ojo! quizás sigas cometiendo estos errores, en ocasiones, hasta peligrosos.

1. Mezclar lejía con otros limpiadores

Puede crecer que es la fórmula más efectiva en la lucha contra las bacterias y los gérmenes, pero mezclar lejía con otros limpiadores puede causar serios problemas. La lejía nunca debe mezclarse con vinagre, ya que la combinación crea cloro gaseoso que puede causar irritación ocular y problemas respiratorios; ni con amoníaco, da lugar a cloramina un gas similar al cloro gaseoso.

Cuidado con mezclar lejía y otros productos de limpieza (iStock)
Cuidado con mezclar lejía y otros productos de limpieza (iStock)

2. Usar lejía para limpiar encimeras de granito o piedra

Al ser una superficie natural, las encimeras de piedra son susceptibles a manchas y marcas. Sin embargo, la lejía no es la solución para una correcta limpieza. El uso de un cepillo o estropajo corrosivo junto con lejía, dañará la superficie. En su lugar, limpia regularmente con agua tibia y jabón y para las manchas difíciles y la limpieza profunda ocasional, usa un limpiador especial para este tipo de encimeras.

3. Usar demasiada lejía en la ropa

La lejía puede combatir las manchas y blanquear la ropa blanca, pero al usarla en exceso puede afectar tanto a la resistencia como a la calidad de las fibras. Sigue estos consejos para usar lejía en la ropa:

– Lee la etiqueta de cuidado ya que algunas telas no se pueden blanquear.

– Haz una prueba. Sumerje la costura interior de una pequeña esquina de la prenda en una solución de lejía y agua. Si el color permanece, ¡adelante!

– Consulta el manual de tu lavadora para ver si debes agregar lejía en el tambor o en un dispensador especial.

No abuses de la lejía al blanquear tu ropa (iStock)
No abuses de la lejía al blanquear tu ropa (iStock)

4. Vaciado de lejía por los desagües

Si tu casa tiene un sistema séptico, no debes verter ningún tipo de lejía por el inodoro o el desagüe. La lejía mata las bacterias beneficiosas que ayudan a descomponer los desechos sépticos de tu hogar. Además, la lejía puede mezclarse con otros agentes en los desagües de tu fregadero y contaminar el aire de tu hogar e incluso hacer que tus tuberías exploten

5. Superficies de madera

¿Crees que puedes pasar un poco de lejía por el parquet? ¡No! La madera es porosa y la lejía se filtrará en las fibras. Provocando así su decoloración y debilitamiento.

¡No limpies tu parquet con lejía! (iStock)
¡No limpies tu parquet con lejía! (iStock)

6. Usar lejía en superficies metálicas

No se debes aplicar lejía a electrodomésticos de cobre o acero inoxidable. Los químicos corrosivos en el blanqueador pueden reaccionar con el metal y dejar manchas e incluso corrosión. Nunca uses lejía o amoníaco para eliminar el óxido. Esto fijará la mancha y hará que sea más difícil de quitar.

7. No diluir lo suficiente la lejía

Más lejía no significa una mejor limpieza. La única ventaja de usar más lejía de la prescrita es si la superficie está muy, muy sucia. Cuando usas lejía para limpiar pisos, lavabos, electrodomésticos, ciertos platos y encimeras, no uses más de una taza de lejía por vaso pequeño de agua.