Tradicionalmente, el ocaso del verano se asocia al final del tiempo de descanso, a la vuelta a las obligaciones y a la rutina. También vemos cómo los días se acortan y las horas de luz se toman un descanso después de su sobreesfuerzo estival. Pero el otoño no debe contagiarnos de un sentimiento de letargo y melancolía. Los fines de semana de esta estación, y algún día libre más para algún afortunado, ofrecen un sinfín de posibilidades de turismo, relax, aventura y homenaje a los sentidos. Atentos a las siguientes propuestas porque en Mi Punto de Partida os descubrimos 7 hoteles con encanto ideales para regalaros una escapada de otoño.
1. Posada de Somo (Cantabria)
Cerca de la ciudad de Santander, pero al lado contrario de su bahía, encontramos la encantadora localidad de Somo. Desde la capital cántabra podemos llegar a Somo en coche (unos 20 minutos) o en barco gracias a un especial viaje en barco de 25 minutos. En nuestro destino, nada mejor que ser recibidos por un complejo de descanso y relax que destila buen gusto, exquisita decoración y unas instalaciones únicas de las que te costará salir. La Posada de Somo es un regalo para los sentidos gracias a su cuidada oferta de villas individuales, suites, junior suites y habitaciones estándar con equipamientos de ensueño que combinan tradición local y diseño vanguardista.

2. El Morendal (Almarza, Soria)
Al cobijo de una orografía de montañas en semicírculo de perfil redondeado, la localidad de Almarza reserva al visitante una increíble sorpresa. En un edificio rehabilitado que en otros tiempos ocupaba un molino harinero, descubrimos El Morendal. Con una cuidada arquitectura de tintes locales que combina mampostería a la vista y estructuras en madera, El Morendal esconde espacios inundados de encanto y tranquilidad. Incluso “esconde” un coqueto spa decorado con aperos de otros tiempos.

3. Posada Hoyos de Iregua (Villoslada de Cameros, La Rioja)
Muy cerca del enclave natural anterior, pero en la vecina comunidad riojana, viajamos a la localidad de Villoslada de Cameros. Ubicada en el privilegiado acceso a la reserva natural de Sierra Cebollera, este municipio puede presumir de albergar un alojamiento con encanto ideal para una escapada de otoño: La Posada Hoyos de Iregua. Este emblemático edificio de principios del siglo XVIII es conocido en la localidad como “Casa de Correos”. No en vano, conserva esas dependencias rehabilitadas en sus sótanos. También albergó la sede de la antigua Telefónica. Un pasado lleno de historia que esta posada ha sabido preservar con bonitos detalles en una auténtico balcón a la Sierra de Cameros y, cómo no, al río Iregua.

4. Villa Nazules Hotel Hípica Spa (Almonacid, Toledo)
En el corazón de La Mancha, rodeado de un mar de olivos y en un remanso de paz, os descubrimos Villa Nazules, un lujoso complejo hotelero con hípica y spa que convertirá en inolvidable tu próxima escapada de otoño. Perteneciente al término de Almonacid, a menos de 20 kilómetros de la capital toledana, este cuidado conjunto esculpido en piedra y cristal ofrece una cuidada restauración con lo mejor de la tradición manchega y no se olvida tampoco de homenajear a la cultura y el entorno centenarios que lo acoge: los olivos y su preciado “oro líquido” (presente en sus tratamientos de spa) y los campos de La Mancha de la Ruta del Quijote y de los Molinos de viento.

5. Pazo do Castro (O Barco de Valdeorras, Orense)
En nuestra lista de hoteles con encanto ideales para una escapada de otoño no podía faltar un “Hotel Monumento”. Se trata del histórico Pazo do Castro que desde la Edad Media, época de verdadero esplendor en la comarca de Valdeorras (en pleno Valle del Sil), ha pertenecido a ilustres y nobles familias como lo atestiguan los diferentes escudos de armas presentes en sus dependencias. Con el marcado acento rústico de su rico legado histórico, el Pazo do Castro resulta el perfecto campamento base para conocer y perderse por el majestuoso entorno natural del Valle de Valdeorras, enmarcado por la Ribeira Sacra, la estación de montaña y esquí de Manzaneda y las Médulas, minas de oro de la época romana declaradas Patrimonio de la Humanidad.

6. Arpa de Hierba (La Pereda, Llanes, Asturias)
Resguardada en la localidad asturiana de La Pereda, perteneciente al término de Llanes, nos encontramos con el Arpa de Hierba, un auténtico oasis de tranquilidad en el que el cuidado de los detalles de gusto clásico tiene mucho que decir. En perfecto diálogo con las montañas y valles verdes de su entorno, puedes disfrutar de un relajado desayuno con vistas a un encantador jardín. Y como complemento a esa escapada otoñal, una visita obligada a la cercana e idílica localidad de Llanes.

7. Hotel La Fuente de la Higuera (Ronda, Málaga)
Y para seguir tentando a nuestros lectores viajeros que no quieren renunciar al encanto de viajar en otoño, nos desplazamos hasta la Serranía de Ronda, en la provincia de Málaga. Allí donde la orografía resulta caprichosa y fascinante y donde la impronta de las costumbres andaluzas impregnan paletas de colores, aromas, gastronomía y tradiciones, encontramos el lujoso complejo hotelero La Fuente de la Higuera. Partícipe del encanto local, este alojamiento se adapta a un antiguo molino de aceite exquisitamente rehabilitado con contrapuntos estéticos de vanguardia. Y todo ello, ante la indescriptible vista de la mágica Ronda.
