A cualquier persona le resulta incómoda una casa llena de polvo. No hace falta ser alérgico para notar que nos dificulta la respiración e incluso nos irrita los ojos. El polvo puede tener varios orígenes, pero principalmente el que llega a nuestros hogares es el que proviene del exterior. Aunque resulta difícil deshacerse de este invitado indeseado, vamos a proporcionar unos consejos sencillos para repeler ese polvo que no nos deja disfrutar de la comodidad de nuestra casa.
1. No entrar con el calzado usado en la calle dentro de casa
Esta costumbre nipona es de gran utilidad. Gran parte del polvo que entra en nuestras casas lo traemos en nuestros zapatos. Cuando llegues a casa cambia de calzado a uno que sólo uses exclusivamente dentro de tu hogar. Te ayudará a mantener limpias las moquetas y alfombras (que son grandes acumuladoras de polvo).

2. Limpia las superficies con trapos mojados
Puedes usar agua con jabón o con un limpiador multisuperficie. Existen productos y bayetas específicas antipolvo. La idea es que la hora de limpiar el polvo quede recogido y no “viaje” a otras partes de la estancia.
3. Ojo con los materiales que atraen el polvo
En casa siempre tenemos el típico mueble que parece un imán para el polvo. Selecciona con cuidado los elementos de tu hogar y evita los materiales donde el polvo campa a sus anchas. Y si ya tienes uno, ¡cuídalo!

4. Busca el origen
¿El polvo no desaparece nunca? Pues toca investigar. Filtros de aire acondicionado, rejillas de ventilación, etc. El mantenimiento debe ser periódico y te puedes ayudar de los servicios técnicos correspondientes.
5. Cuida la ventilación de la casa
Nos gusta tener la casa ventilada y el aire renovado. Pero cuidado porque es la vía perfecta para que se nos cuele polvo en casa. No es aconsejable tener las ventanas abiertas todo el día. Vigila que horas son las mejores. Procura que no haya mucho viento. Tienes que estar alerta por si hay obras cerca de tu casa, y mucho más si vives cerca de un solar sin edificar.

6. No te olvides de los útiles de limpieza
Aunque parezca una redundancia hay que limpiar los instrumentos con los que se limpia. Seguramente si vas a comprobarlo ahora mismo, tu cepillo de la escoba esté repleto de polvo. Una vez terminada la tarea también hay que liberar del polvo nuestras bayetas, escobas, fregonas, etc.
7. Vigila las alturas
Las zonas inalcanzables suelen ser el lugar más propicio para la acumulación de polvo. También los bajos de los muebles, rendijas de ventanas, marcos de puertas, etc. Lo más útil es proveerse de un plumero telescópico. Y no te olvides que sea atrapapolvos (existen plumeros que usan la estática para atrapar la suciedad).
Para repeler el polvo hay una regla de oro: la observación y la perseverancia. Esto dará buenos resultados y favorecerá un ambiente agradable. Llegar a casa y respirar un aire limpio te hará sentir que estás en tu hogar ideal.
