El Mediterráneo al que cantaba Serrat en la que es, dicen, la mejor canción española de la historia, baña los pueblos con más encanto de la Costa Brava. Desde Portbou hasta Blanes se extiende esta sucesión de calas, playas, acantilados y aguas turquesas. A su vera, municipios cargados de historia, cultura y belleza.
Viajar a la Costa Brava, aunque sea en invierno, siempre es un acierto. La oportunidad de conocer uno de los destinos turísticos más importantes de España. Calificativo bien merecido por sus playas, pero también por alguno de los pueblos que se repasarán en este artículo y que deberíais conocer. Reserva en Booking a través de Travel Club tu alojamiento y te llevarás 9 puntos por cada 3 euros de gasto.
1. Cadaqués
¿Dispuesto a recorrer la Costa Brava de norte a sur? Arriba, muy cerquita de la frontera con Francia, se halla un lugar que, para muchos, es el pueblo más bonito de la Costa Brava. Empiezas a entender por qué cuando la zigzagueante carretera que llega hasta él desde Rosas te permite ver sus primeras casas. De un blanco impoluto, en constante choque con el azul del mar. Más allá no hay nada más. En Cadaqués termina y empieza todo.
2. Ampuriabrava
Esta ruta por la Costa Brava tiene 141 kilómetros. Los 24 primeros separan Cadaqués de “la Venecia de la Costa Brava”. Es así como se conoce a Ampuriabrava. Todos y todas podéis imaginar por qué: como en la bellísima ciudad italiana, sus casas descansan sobre el agua, sus calles son líquidas y transparentes. En el garaje se guarda el barco.
3. Pals
La tercera parada en la ruta de los pueblos con más encanto de la Costa Brava se realiza en Pals. Tiene uno de los recintos medievales mejor conservados de toda la zona. El pueblo está situado en la cima del Puig de Aspre y su núcleo antiguo es gótico. Por supuesto, no podía faltar una larguísima playa pintiparada para la realización de deportes acuáticos.
4. Calella de Palafrugell
A pesar de recibir cada año la visita de un buen número de turistas, Calella de Palafrugell aún mantiene ese halo del pueblo de pescadores que fue, y que, en cierta manera, sigue siendo. Pequeñas calas bañan este precioso municipio que siempre está presente cuando se habla de los pueblos más bonitos de la Costa Brava.
5. Tossa de Mar
El recorrido llega a su fin en Tossa de Mar, donde están algunas de las calas más bonitas de la Costa Brava. El castillo, eterno protector del manto mediterráneo, es el elemento más característico de este municipio. Pero hay mucho más. Las callejuelas del recinto amurallado, el Faro de Tossa o las calles Portal y Estolt, que encuadran el barrio de Sa Roqueta, la zona tradicional de pescadores.
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