¡No veo nada! ¡Tengo las gafas sucias! Cojo mi clínex, una pasada y como nuevas. ¡Te equivocas! ¿Sabías que este gesto aparentemente simple e inofensivo puede resultar perjudicial para tus lentes? Te contamos cómo limpiar tus gafas sin dañarlas, ¡con lo que cuestan!
Bueno y no solo por el coste sino por lo útiles que son que nos permiten ir andando por la calle sin chocarnos con farola, coger autobuses equivocados o poder leer mientras estamos estudiando o descansando en casa. No cuesta nada tener las gafas limpias pero sí una mala praxis en esta acción tan habitual puede llevar a que rallemos sin quererlas.
Aprende cómo limpiar tus gafas sin, poco a poco, dañar el cristal, rallarlo, abrir demasiado las varillas o dañar incluso su diseño. Esto es como todo, un buen uso hará que tus gafas se conserven durante más tiempo como nuevas. Y no es tan complicado…
1. Tus manos limpias
Parece una obviedad pero es preciso remarcarlo, lávate las manos o asegúrate que están limpias antes de limpiar las gafas; de lo contrario podrías entrar en un bucle de suciedad al limpiar. Usa un paño limpio o papel para secarte y evitar seguir teniendo pelusas.

2. Gafas bajo el grifo
Un truco para saber cómo limpiar las gafas es colocar estas bajo del grifo y dejar caer un pequeño chorro de agua tibia sobre ellas. El agua quitará el polvo y cualquier suciedad, y además te ayudará a evitar rallarlas utilizando cualquier otro elemento. Eso sí, nunca las limpies con agua demasiado caliente; podrías dañarlas seriamente.
3. El poder del lavavajillas
Otro truco es aplicar una gota de lavavajillas en cada cristal, pero no muy grande ni abundante. También puedes ponerte la gota en tu dedo y luego limpiar la gafa. Sécala con un trozo de servilleta no muy gruesa.
4. Frotando los cristales
Entre los trucos para limpiar unas gafas el más recurrente es aquel donde frotamos ambos lados de los cristales y el armazón durante unos segundos con un trapo limpio, también la parte de sujeción de la nariz o los extremos de las varillas. Frota en movimientos circulares y nunca lo hagas con tu ropa.

5. El secado, muy importante
Esta parte es esencial para evitar ralladuras en los cristales. No uses toallitas, ni el paño de la cocina o papeles duros como pañuelos de papel de varias capas. Puedes usar un algodón o un paño limpio que SOLO uses para esto. Recuerda que la suciedad o impurezas atrapadas en las fibras de un paño pueden rayar los cristales. Tampoco uses aceites o lociones.
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