Si ir de tapas ya es toda una tradición en España, más aún lo es acercarse a los bares más antiguos de España. Algunos de ellos llevan desde el siglo XIX abriendo sus puertas a la gente y uno, como enseguida vas a leer, incluso desde mucho antes. Estos bares y tabernas han recibido un sinfín de personas a lo largo de su dilatada historia. ¿Te animas a ser una de ellas?
1. El Rinconcillo (Sevilla)
El Rinconcillo, el bar más antiguo de Sevilla, fue fundado en 1670, aunque fue en 1858 cuando la familia De Rueda adquirió el local de la calle de Gerona que ya funcionaba como taberna. Si vas a Sevilla, pásate por El Rinconcillo para tomar unos vinos o unas cañas con una buena tapa y comprobar de cerca cómo los camareros mantienen la antigua tradición de hacer la cuenta con tiza sobre la barra.
2. Marsella (Barcelona)
El bar Marsella, que abrió sus puertas por primera vez en 1820, puede presumir de ser el más antiguo de Barcelona. Se encuentra en el barrio del Raval y a él acudían antiguamente bohemios que bebían absenta. Quizá para serlo todavía más…
3. Casa Alberto (Madrid)
Sólo unos años después que el bar Marsella de Barcelona, en 1827, se inauguró en Madrid Casa Alberto, otro de los bares más antiguos de España. En su carta puedes encontrar platos tradicionales como callos, caracoles, rabo de buey, carrillada de ternera, manitas de cordero y bacalao a la madrileña, pero también preparaciones más modernas como el pulpo a la brasa sobre hummus y vinagreta de tomate o el foie con pistachos y mango.
4. Taberna Antonio Sánchez (Madrid)
En un barrio tan castizo como el de Lavapiés se encuentra la Taberna de Antonio Sánchez, conocida también como la Taberna de los Tres Siglos, cuyo origen se remonta a 1830. El rabo de toro, la olla gitana y las torrijas destacan entre las especialidades de esta taberna de ambiente taurino.
5. Casa Montaña (Valencia)
En el barrio valenciano del Canyamelar se ubica Casa Montaña, cuyo nacimiento en 1836 hace que figure con todo derecho entre los bares más antiguos de España. Su fachada modernista sirve como perfecto “entrante” y antesala de un lugar que merece la pena visitar en Valencia por su tradición, pero también por la calidad de sus tapas.
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