Durante la Edad Media numerosos castillos y fortalezas funcionaban como pequeños pueblitos en los que vivían los campesinos que después salían a trabajar el campo fuera de las murallas de piedra. Con el aumento paulatino del número de habitantes, las poblaciones terminaron extendiéndose fuera de las murallas y se crearon grandes ciudades.
A pesar de que en algunos territorios estos restos han desaparecido completamente, en algunos pueblos de nuestra geografía se mantienen todavía restos de estas construcciones como torres, puertas y castillos que dan pequeñas pistas sobre cómo era el lugar hace tantísimos años. ¿Te vienes a visitar esos tesoros medievales de la mano de Travel Club?
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