Seguro que has oído hablar de la Fiesta de los Patios de Córdoba, un evento declarado de interés turístico nacional y patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. O al menos habrás visto una de esas fotos llenas de color y de luz. Instantáneas en las que hasta se pueden percibir los olores o el sonido calmado del agua. Queremos que conozcas la historia del festival de los patios de Córdoba y estamos seguros de que, después, estarás deseando hacer una escapada a Andalucía.
Tan claro lo tenemos, que antes de empezar con el pasado y el presente de este concurso, vamos a darte una excelente noticia: si eres socio de Travel Club, el alojamiento en tus viajes será mucho más barato. Para muestra un botón: yendo a Córdoba del 17 al 19 de mayo ahorrarás más de 180 euros en tu reserva de hotel. Es un ofertón que no te puedes perder. También puedes buscar otros en el apartado de Viajes de Travel Club.

1. Los patios
Nada mejor para conocer la historia del festival de los patios de Córdoba que empezar por el principio: por el origen de los patios. El típico patio córdobes es una herencia de la cultura islámica que, después de la conquista cristiana, afortunadamente perduró. Y cambio su estatus, ya que pasó de carecer de relevancia, de ser un mero elemento de iluminación y ventilación, a convertirse en lugar de encuentro, de reunión.

2. Tipos de patios de Córdoba
Es difícil estatuir una tipología clara, ya que cada patio es distinto y tiene sus características y peculiaridades. A muy grandes rasgos, tal y como se apunta en la propia web oficial del concurso, se podría hablar de patios monumentales y señoriales (los de antiguos palacios o importantes edificios religiosos) y patios de concurso (entre los que se distinguen los de arquitectura antigua o los de arquitectura moderna y renovada).

3. El concurso
Ya sí, llegamos al concurso propiamente dicho dentro de la historia del festival de los patios de Córdoba. Se celebró por primera vez en 1921 con tres premios: 100, 75 y 50 pesetas. La escasa respuesta ciudadana hizo que no se volviera a llevar a cabo hasta 1933. Después fue la Guerra Civil lo que impidió su desarrollo, pero se revitalizó en 1944. Fue en ese momento cuando comenzó a adquirir un cariz más oficial con la introducción de criterios de valoración como la arquitectura o la decoración.
Entre 1952 y 1962, el certamen tuvo un gran impulso, que es palpable en la envergadura de los premios: pasaron de 3.000 a 8.000 pesetas. Posteriormente, tanto la dotación como las bases mantuvieron una línea de regularidad, hasta que, con el primer gobierno democrático volvió a potenciarse.
En 1988 –y de nuevo siguiendo la información de la web oficial– se establecieron los parámetros a valorar: variedad floral, cuidado de macetas y arriates e iluminación natural. En la actualidad, es un evento absolutamente consagrado al que, cada año, acuden más de un millón de personas. Puede que tú seas uno de ellos: si piensas hacer una ruta por Andalucía en estas fechas, no lo dudes, hay que parar en Córdoba.
