tarta de queso

5 consejos para triunfar con tu tarta de queso

Pocos postres presentan variedades tan diferentes como la tarta de queso. Y no solo por la elección del tipo de queso, sino también por la utilización o no de galletas para la base, por la técnica empleada, por la textura y por la forma de presentarla. En otras palabras, con las tartas de queso ocurre más o menos lo mismo que con las opiniones: todo el mundo tiene una. Todo el que se anima a prepararla, claro.

Si es tu caso, puede que te vengan bien estos consejos para preparar una tarta de queso aún mejor, quizá, de las que ya preparas. Y si no, ¡para ponerte ya mismo manos a la obra (a la masa) y triunfar con tu primera tarta de queso!

 

1. Elige el molde idóneo en función de la base

Si tu tarta de queso lleva una base de galleta, utiliza mejor un molde metálico para que se pueda moldear más fácilmente la capa más fina. Si no tiene base de galleta, usa preferiblemente un molde de silicona (homologado y que resista altas temperaturas) y untar un poco de mantequilla con los dedos o con una cuchara. Te damos un truco especial para que te asegures de lograr un desmoldado perfecto: tamiza un poco de harina sobre esa mantequilla.

como hacer una tarta de queso
Puedes hacer tu tarta de queso con un molde metálico o uno de silicona que esté homologado (iStock)

 

2. Da unos golpes suaves con el molde en la encimera

Cuando viertas la masa líquida sobre el molde metálico o sobre la base de galleta, da varios golpecitos con el molde en la encimera. Así conseguirás eliminar las burbujas de aire que pueda contener la masa y tu tarta tendrá una consistencia más uniforme después del horneado.

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Dar unos toquecitos al molde con la encimera te ayudará a eliminar las burbujas de aire en la masa (iStock)

 

3. Combina las temperaturas del horno

Para asegurarnos una presentación perfecta de nuestra tarta de queso es importante evitar que se nos queme durante el horneado. Si bien la preparación de la tarta precisa de temperaturas altas para que cuaje la mezcla, os aconsejamos combinar diferentes temperaturas durante el tiempo de horno. Empieza por una temperatura más alta (entre 180 y 200 grados) y termina con una temperatura más suave y constante (en torno a 150 grados) para conseguir un resultado homogéneo. Así evitarás la desagradable sorpresa de encontrarte quemada la base o la superficie de tu tarta.

como preparar una cheesecake
Reduce la temperatura del horno en la parte final del horneado (iStock)

 

4. ¿Mermelada y gelatina o solo mermelada?

Una vez que desmoldes tu tarta, llega el momento de otro de los elementos estrella de una tarta de queso: la cobertura de mermelada. En función de la estética que quieras conseguir, puedes aplicar una mermelada de fresa, frambuesa o arándanos con un pincel de silicona o una espátula (para una estética más artesanal). Otra opción es hacer un preparado con mermelada y gelatina o cola de pescado para obtener una lámina perfectamente lisa y uniforme en la superficie de tu tarta (para las tartas de queso típicamente americanas como son las famosas cheesecakes). En este último caso, especialmente, puedes coronar tu tarta con frutos rojos como arándanos o frambuesas.

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Una mermelada de frutos rojos es un complemento ideal para tu tarta de queso (iStock)

 

5. Guarda tu tarta de queso en la nevera durante varias horas antes de comerla

Para triunfar con tu tarta de queso también es importante que, después de elaborarla, la dejes en la nevera varias horas antes de servirla. Puedes dejarla hecha por la mañana y degustarla por la noche o, si la preparas por la tarde-noche, guardarla en el frigorífico hasta la mañana siguiente. Sabemos que es difícil resistir la tentación de comerla antes pero ¡ya verás cómo así tu tarta de queso gana en sabor!

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Antes de degustar tu tarta de queso es recomendable guardarla en la nevera durante varias horas (iStock)