Pronto será tiempo de torrijas y arroz con leche, lo sabemos. Pero la pizza es algo que solemos comer durante todo el año y quizá no le prestamos demasiada atención a la calidad de la misma. ¿Por qué no prepararla nosotros mismos en casa? es mucho más fácil de lo que pensamos, ¡y muy entretenido!
Nos preparamos nuestras propias torrijas con esmero en casa, pero cuando queremos cenar pizza solemos recurrir a las “prefabricadas”, o tiramos de App o teléfono para que nos la traigan a casa.
Pues una buena pizza casera no tiene comparación, y si además tenemos niños es una actividad sencilla y entretenida para una tarde de sábado: les encantará. O si tenemos invitados a casa, a ver un partido, o una película, o jugar un trivial, un par de pizzas caseras sorprenderán y agradarán a todos.

El secreto, como siempre, está en la masa
Vamos a meternos en harina. Qué ingredientes necesitamos para hacer una buena masa de forma fácil como para 4 personas: 1 kg de harina de trigo de fuerza que sea de buena calidad, 550 ml litro de agua fría, una pizca de sal, como unos 25 o 30 gramos, un chorreón de aceite de oliva virgen extra (unos 30 ml) y 15 gramos de levadura fresca de panadero (nunca química o en polvo).
La levadura la encontramos en taquitos en los frescos y puede congelarse, ya que cunde mucho y se usa relativamente poca, y para las cantidades nos bastará con un vaso medidor que seguro tenemos en casa (muchas batidoras lo incluyen).

Es importante también contar con papel de hornear (sólo necesitaremos un trozo), y film plástico de envolver, así como un bol para la mezcla. Poca cosa ¿verdad? Y el resultado merece la pena, garantizado.
La masa es un poco lenta de hacer, porque necesita ser trabajada con paciencia, pero es muy sencilla. El proceso de amasado y reposo requiere de unas dos horas, pero como siempre, lo bueno de hacer esta masa es que multiplicando por dos los ingredientes podemos hacer más cantidad y congelar la mitad para otro día (los truquillos de tener hijos)
Así que una vez preparados los ingredientes sobre la mesa o tabla de cocinar, ponemos una buena música de fondo para estar animados y manos a la obra. Sobre una base limpia y despejada colocamos la harina en un bol grande, hacemos un hueco en el medio, y vamos echando el agua más la levadura disuelta.
A continuación añadimos el aceite, y luego la sal. Vamos mezclando poco a poco con una cuchara, sin amasar y tapamos el resultado con el film transparente. Luego podemos dejarla un par de horas en la nevera para que vaya subiendo.
Habrá que sacarla un rato antes de manejarla para que adquiera la temperatura ambiente. A continuación removemos nuevamente con la cuchara hasta obtener una mezcla firme, aunque esté un poco pegajosa.
Echamos bastante harina en la encimera, sacamos la masa del bol y la vamos a ir trabajando con las manos. Si vemos que se pega demasiado vamos mojando las manos con agua fría de vez en cuando.

Seguimos amasando con las manos y estiramos y reestiramos, para luego volver a hacer una bola en varias ocasiones hasta que la masa coja elasticidad y sea mucho más manejable. Iremos añadiendo de vez en cuando un poco harina según veamos, pero como máximo unos 100 gramos para una masa de un kilo, hasta que ya no esté pegajosa.
Amasamos entre 10 y 15 minutos, hasta que comprobamos que la masa es homogénea y elástica. Hacemos una bola, y la pasamos de nuevo al bol, que previamente habremos cubierto de una fina capa de harina. Luego se tapa con un paño limpio de algodón y se deja reposar más o menos una hora. Veremos que aumenta aproximadamente al doble de su tamaño.
A continuación queda estirar la masa. Con la bola que hemos hecho, dará como para dos pizzas, pero como hemos dicho, puede hacerse el doble y congelarla. Para estirarla hay que hacerlo siempre con las manos, dándole la forma que queramos pero que no se rompa.
Para hornear la pizza, pondremos a precalentar el horno al máximo (250º), sin grill, con la función calor arriba y abajo (tampoco ventilador), durante unos 15/20 minutos. Luego colocamos la bandeja en la parte central del horno, con la pizza sobre ella (previa colocación del papel de hornear) y la dejamos entre 8 y 10 minutos a 250º C.
Y ya tenemos nuestra masa horneada. No hemos dicho nada sobre la cobertura, pero lógicamente, antes de meterla al horno habremos colocado los ingredientes que más nos gusten, siempre sobre una base de tomate (mejor natural) y después queso. A partir de ahí la cobertura de la pizza tiene infinitas posibilidades. A disfrutarla.

Recuerda, en Eroski tienes un sinfín de opciones para hacer tu base de pizza casera. Y disfrutar de una pizza como tú quieras. Pregunta a tu pareja e hijos, poned en consenso de qué os apetece la próxima pizza y en Eroski tendréis todas las opciones disponibles. Productos locales, de calidad y con un sabor auténtico. ¡Es hora de pizza! ¡es hora de darle un capricho a nuestro paladar!