Ser una persona positiva no necesariamente es un don. Puede ser una conquista realizada a base de trabajo y disciplina. Es posible cambiar tu vida si consigues adoptar estos hábitos e interiorizarlos hasta que se conviertan en una parte de ti.
1. Cortar lo negativo
Las personas positivas son capaces de alejar las influencias negativas que afectan a su vida, ya sean personas de la familia o del trabajo, hábitos perjudiciales o rutinas que merman el bienestar mental y espiritual.

2. Vivir el presente
Para quien piensa en positivo, el pasado es pasado. Este tipo de perfil no pasa el tiempo removiendo las cosas negativas que ya ocurrieron. Prefiere vivir el día a día y centrarse en el instante actual.

3. Practicar el desapego
Las personas positivas conocen la diferencia entre renunciar a algo y dejar ir lo que ya se acabó o que no vale la pena. No se aferran a ideas o personas que ya no son saludables para ellos.

4. Saben aceptar el dolor y la tristeza
Este tipo de personas no están permanentemente felices. Sentir tristeza, rabia, decepción y otras emociones aparentemente negativas es algo esencial para todo ser humano y lo saben. Los positivos aceptan que eso forma parte de todo proceso de curación, pero siempre mantienen la esperanza de que habrá luz al final del túnel.

5. Superar los miedos
Las personas positivas no dejan que sus miedos se conviertan en una limitación. Aman conocer todo lo que es nuevo y experimentar. No es que no tengan miedo: lo superan para así poder vivir la vida con plenitud.

6. Son grandes comunicadores
Saben comunicarse con todo tipo de persona, y evitan juzgar o polemizar. Suelen expresarse con tacto y delicadeza. Prefieren ser asertivos y resolver los conflictos cotidianos de una forma constructiva, conversando con sus interlocutores.

7. Son agradecidas
Una persona positiva agradece a diario lo que tiene. No se fija en los problemas. Prefiere ver oportunidades incluso en las adversidades, y siempre se sentirá agradecida por lo que le toca, valorando su salud, familia y trabajo.

8. Vivir es sonreír
Difícilmente verás a una persona positiva con el ceño fruncido. Su mejor arma es su sonrisa, que suele ser contagiosa y repercutir positivamente en los que la rodean.
