A pesar de que la Gran Muralla China ya no mantiene los 7.300 kilómetros de longitud que llegó a tener hace siglos, sigue siendo uno de las obras de ingeniería más importantes de la historia de la Humanidad y que le hace, por derecho propio, formar parte de una de las Maravillas del Mundo.
Hoy por hoy solo son accesibles 4000 kilómetros de muralla de 8 metros de altura y 6 metros de ancho. Gran parte de estos se encuentran en fase de restauración debido al mal estado de conservación con el paso de los años. Éstos no son pocos porque su origen se remonta al mandato del emperador Qin Shi Huangdi, en el periodo de la Dinastía Qin, allá por el 200 antes de Cristo. Con aquella muralla pretendía frenar los ataques que llegaban de ejércitos nómadas que recorrían las tierras de lo que hoy conocemos como Mongolia. Esa es la teoría predominante aunque existe con bastante fuerza que apunta a evitar la huida del país de aquellos que robaban joyas y tesoros.

Su máximo esplendor
La Gran Muralla China ha vivido diferentes etapas en su historia pero, sin duda, su máximo esplendor data de los siglos XV y XVI durante el reinado de la Dinastía Ming. En estas fechas se levantó una nueva barrera realizada en ladrillo y piedra y que, unida a los muros anteriores, le hizo superar los siete mil kilómetros de longitud.
Durante aquellos siglos se podían contar hasta los 100.000 efectivos a lo largo y ancho de la Gran Muralla con el objetivo de defender el país. Y claro, tanto tener la vista puesta en los nómadas mongoles que se despistaron en otra fuerza emergen, los manchúes, quienes apoyados en una revolución interna, consiguieron acabar con los Ming en 1644.

Curiosidades
Tantos kilómetros de muralla y tantos años en pie dan, como es lógico, para un sinfín de mitos y curiosidades. Aunque actualmente es considerada una Maravilla del Mundo, no siempre ha sido así o al menos para la población china. La Gran Muralla no pasó a ser considerada como se merecía hasta que el Gobierno fue consciente de la gran afluencia de turistas y curiosos que ésta concitaba.
¿Cuál es una de las preguntas que más formulan esos extranjeros? Que les confirmen o nieguen aquella leyenda que dice que los cadáveres de los trabajadores que murieron durante la construcción fueran empleados para levantar muros. Todos los guías y los escritos coinciden: esto nunca sucedió. Entre los que obvia esto, Juan González de Mendoza, el primero de los historiadores que se fijó en la Gran Muralla China. Un ciudadano de Toledo que, en realidad, nunca visitó el país.
Qué visitar
Cuando uno viaja a Pekín, una de las primeras preguntas que se hace es ¿qué parte de la Muralla China debo visitar? Aquí podrás encontrar todo tipo de consejos y, por supuesto, tour organizados que te ayudarán y guiarán.

Sin duda el sector más turístico, y acondicionado para ello con sus pros y sus contras, es el de Badaling, a 80 kilómetros de la capital, donde se encuentra la piedra y ladrillo en mejor estado de conservación. Otras opciones son el paso por Mutianyu, con mayores desniveles que la anterior, y Simatai a 140 kilómetros, el tramo más auténtico y sin restaurar.
Si vas a visitar la Gran Muralla China te recomendamos calzado cómodo, paciencia y el móvil con la batería llena puesto que te hartarás de hacer fotografías en uno de los lugares más espectaculares del planeta. Y si además eres amante de la música electrónica, fíjate en las fechas que se organiza uno de los más importantes del continente, de cara a hacerlo coincidir con tu viaje.
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