Seguro que casi todos estamos acostumbrados a ventilar nuestros hogares a diario, pero pocas veces nos paramos a pensar cuáles son realmente las ventajas de airear la casa. Puede que, después de leer este artículo, todos seamos más conscientes de la verdadera importancia que tiene para nuestra salud ventilar la casa correctamente.
Antes de resaltar las ventajas de airear la casa es necesario saber cómo, cuándo y cuántas veces debemos ventilar nuestros hogares. La mayoría de nosotros, en el mejor de los casos, ventila las habitaciones una vez al día. ¿Es suficiente? Por sorprendente que parezca, la respuesta es no.
Lo ideal sería airear la casa tres o cuatro veces al día con varias ventanas abiertas. Tampoco hace falta dejarlas abiertas durante mucho tiempo, especialmente en invierno. Con unos 10 minutos cada vez es suficiente.
La primera de esas tres o cuatro veces que debemos ventilar nuestra casa es nada más levantarnos. Por un lado, porque la acumulación de CO2 habrá sido mayor durante la noche y, por otro, porque con probabilidad los niveles de contaminación en el exterior serán menores.
Las ventajas de airear la casa correctamente inciden en nuestra salud más de lo que tal vez pensamos. Respirar un aire renovado y de más calidad reduce el impacto que pueden tener en nuestro organismo las partículas en suspensión, como el polen, el polvo o los ácaros; los contaminantes químicos procedentes de la propia respiración, del tabaco y de las calderas; y los agentes biológicos como virus, bacterias y hongos.
Ventilar la casa correctamente no implica que estemos libres de alergias, asma, gripes y catarros, pero es un factor importante para reducir los efectos de las alergias y las posibilidades de contraer enfermedades que afectan al aparato respiratorio.
Las ventajas de airear la casa también alcanzan a la calidad de nuestro sueño y, por tanto, de nuestra salud física y mental. Respirar un aire renovado es una ayuda para conciliar el sueño (y mantenerlo durante la noche), tener un buen descanso y no sufrir consecuencias asociadas al insomnio como dolores de cabeza, irritabilidad, cansancio acumulado, estrés, angustia y depresión.
Airear la casa, además de garantizar la renovación del aire que respiramos y reducir el polvo, permite regular la humedad. En este sentido también es importante que, en la medida de lo posible, evitemos utilizar tendedores interiores para que no se genere moho.
Hay estudios que afirman que el aire en los espacios interiores, como pueden ser nuestras casas y nuestros centros de trabajo, puede estar hasta cinco veces más contaminado que el aire que se puede respirar en la calle. Y ya sabemos dónde pasamos más tiempo así que, ya sabes: ¡que corra el aire en tu casa!