Sabemos que para ahorrar dinero existen, principalmente, dos opciones: ganar más dinero o gastar menos (la tercera sería conseguir las dos primeras). La primera vía es complicada ya que en muchos casos no depende directamente de nosotros y es difícil conseguir que una empresa suba el sueldo a sus empleados. La segunda opción tampoco es precisamente fácil, sobre todo si los gastos se comen cada mes nuestros ingresos, como ocurre con demasiada frecuencia, pero queremos darte estos consejos para ahorrar parte de tu sueldo que ojalá te puedan ayudar a lograr tu objetivo.
1. Llevar la contabilidad de la casa
Para poder ahorrar parte de tu sueldo es importante que lleves la cuenta no sólo de los ingresos que tienes (o tenéis), sino también de los gastos. Analiza con calma qué gastos crees que pueden reducirse, de forma completa o parcial, y qué cantidad de dinero puedes llegar a ahorrar cada mes… si es que tus ingresos te permiten ahorrar algo, claro.

2. Fijar un presupuesto semanal y otro mensual
Esperar a que lleguen cada mes tus recibos y facturas para llevarte el susto y no revisar hasta ese momento tu cuenta corriente no es el mejor camino que puedes seguir para ahorrar dinero. Elabora un presupuesto para toda la semana y otro presupuesto para todo el mes e intenta, en la medida de los posible, que los gastos no excedan del límite que fijes.

3. Destinar una partida a gastos imprevistos
No sólo debes tener en cuenta los gastos que tienes de forma más o menos fija cada mes o cada dos meses, sino también los posibles imprevistos que puedan surgir, como comprar un ordenador, arreglar algún electrodoméstico o ir al dentista. Destina una pequeña partida de tu presupuesto doméstico a ese tipo de gastos. Si tienes un imprevisto, podrás usar ese dinero para solucionarlo. Y si no te surge en ese tiempo, mucho mejor porque así ya habrás conseguido ahorrar dinero.

4. Reducir los gastos domésticos
Nos equivocamos si pensamos que no podemos hacer nada por rebajar los gastos básicos de la casa, como la luz, el gas o el agua. Puede que no podamos bajar su precio directamente, pero sí podemos hacer un uso energético más eficiente que nos permita ahorrar algo de dinero.

5. Comparar precios
La comodidad y las prisas son malas compañeras de viaje para ahorrar dinero. ¿Por qué? Pues porque dificultan el proceso previo a la compra de comparar precios y calidades entre productos y servicios, algo que (casi) siempre resulta beneficioso para nuestra economía.
